Las condiciones laborales de los profesores son tan importantes como qué enseñar, cuándo enseñarlo y cómo enseñarlo.
Cuando comprobamos el caleidoscopio tan diverso que padecemos en la educación española (y en concreto en la madrileña) nos podemos explicar muchos de los males que aquejan a nuestro sistema educativo.
No es lógico que un profesor tenga que dedicar la inmensa parte de sus esfuerzos a luchar contra la administración que le contrata por sus derechos laborales o por una mínima estabilidad que de continuidad a sus proyectos laborales y a sus anhelos vitales.
No obstante los tribunales, sobre todo los europeos, dan la razón a los profesores interinos y, de esa manera, consiguen derechos laborales que la administración niega con ahínco. Así ha pasado con la última sentencia de 5 de noviembre de 2015 en el caso Quirós Tejado, que el Tribunal Constitucional ha emitido sobre el derecho al cobro de los sexenios del profesorado interino. En un primer momento el profesor que ahora ha conseguido esta sentencia, ganó en el contencioso-administrativo la disputa. La Comunidad de Madrid, que niega el pan y la sal a los profesores interinos, recurrió y encontró en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid a una magistrada impresentable, iletrada y con una voluntad inequívoca de pisotear el derecho del profesor interino. Así se desprende de su negativa a contemplar todos aquellos elementos que la asistencia letrada de este profesor le hizo llegar a fin de que, con la más reciente jurisprudencia de los tribunales europeos, solucionara el debate.
Con esta sentencia se deja claro, y de una vez para siempre, que no hay diferencia entre profesor interino y de carrera, que no se puede fundamentar ninguna diferencia de trato por la duración del contrato y que no hay una casta privilegiada y otra que no tiene derechos. Cualquier persona que forme parte de la Administración y emita una resolución que viole los derechos fundamentales así garantizados, podrá ser acusada de prevaricación.
Recordad que la oposición es una simple forma de selección, variable en cualquier momento y que no garantiza, ni la preparación, ni la idoneidad, para una función durante toda la vida.
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